Vincent Bolloré cierra el capítulo de transporte-logística, pero «el hombre todavía tiene apetito»

IEl suspenso no era realmente uno. Después de tres semanas de consultar los libros de contabilidad, Bolloré Logistics anunció, como era de esperar, el lunes 8 de mayo que había aceptado la promesa de compra al armador francés CMA CGM por «4.650 millones de euros antes del cálculo de deuda y caja en la fecha de finalización», o unos 5 mil millones en total. El armador marsellés está llevando a cabo la mayor operación de su historia, impulsada por unos beneficios récord de 40.000 millones de euros obtenidos durante los ejercicios 2020-2022.

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Para el grupo de la familia Saadé, el asunto es sencillo. La carga marítima, aérea (Air France-KLM), ferroviaria (Gefco) y eventualmente incluso espacial (Eutelsat) son las provincias de un imperio global capaz de entregar mercancías hasta la última milla, en cualquier parte del mundo.

Siendo ya el tercer propietario de portacontenedores del mundo, ocupará el quinto lugar, bajo la marca Ceva Logistics, en un sector logístico en plena consolidación, detrás de DHL, Kuehne+Nagel, DB Schenker y DSV A/S. Esto entonces pesará 24 mil millones de dólares (22 mil millones de euros), un tercio de la facturación actual de CMA CGM.

Tesoro de guerra

Para el vendedor, las cosas son más complejas. Líder de la sexta generación del grupo Bolloré, cuya dirección encomendó a su hijo Cyrille en febrero de 2022, Vincent Bolloré cierra el capítulo de transporte-logística. Entró comprando la SCAC en Suez en 1986 y luego atacando al armador Delmas-Vieljeux.

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Pero sin medios para entrar en las grandes ligas, inició el declive vendiendo su actividad logística en África a finales de 2022 a la italo-suiza Mediterranean Shipping Company, y a muy buen precio (5.700 millones de dólares). Entonces Bolloré Logística, vendió 1.000 millones más que la estimación de los analistas.

Todavía CEO de la Compagnie de l’Odet, que controla el grupo, el hombre todavía tiene apetito. Su cofre de guerra le permitirá fortalecerse en los medios. Todavía posee el 18% de Universal Music y, sobre todo, casi el 30% de Vivendi, que absorberá a Lagardère (editorial, medios y retail) tras la luz verde de Bruselas prevista para junio.

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Aquí es donde se desarrollará todo: el multimillonario bretón parece decidido a hacerse con el control total, de una forma u otra, de la matriz de Canal+ y Havas. Él mismo estará en la maniobra de esta operación, antes de dejar finalmente los sueños a la séptima generación.

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