Sánchez y Aragonès afronta el último tramo de los acuerdos de la desjudicialización
hacer ‘borrón y cuenta nueva’recomenzar la relación con Catalunya dejando atrás la judicialización. Casi tres años después de ese compromiso verbalizado colgante una investidura en la que ERC tuvo un papel clave, el presidente pedro sanchez frente al ‘presidente’ Padre Aragonès el tramo final de la negociación para mitigar el impacto legal de la organización del 1-O, a reforma del Código Penal que, eso sí, quedará después a expensas de la interpretación de los tribunales para determinar cómo afecta a los encausados por el ‘trial’. Tras los dulcesla eliminación de la secesión y la modificación de la malversación que está ahora en marcha, y tres presupuestos generales del Estado que han garantizado la estabilidad de la Moncloa, quedan ahora tres semanas para que, según agendaron los dos presidentes en julio, la mesa de dialogo se reúna y venda oficialmente sus resultados. Para los republicanos este no es mas que un «primer escalon» para avanzar en la resolución de un conflicto que, avisan, no dan por terminado.
Pero ambas partes coinciden en que el 2023 será eminentemente electoral y, por ello, inhábil en términos de acuerdos de gran calibre. En el corto plazo, socialistas y republicanos tienen entre manos poner el broche a una reforma de la malversación que es todo un quebradero de cabeza para el Gobierno. Más includedo que la salida de la cárcel de los líderes del ‘trial’ or la derogación de la sedición, que dan por amortizadas en términos de repercusión en las urnas. Sobre todo porque lo que no podría justificar es una revisión de oraciones de cargos por corrupción. Al mismo tiempo, tanto el PSOE como el PSC han defendido desde el principio de la reforma del Código Penal que esta no servía para despenalizar los hechos del 1-O.
Por tanto, unque lo que busca ERC con su enmienda es sigue la definición malversación sin mar aplicable a la organización del referéndum, el término medio de las negociaciones para que haya pacto situa en una rebaja de penas para lo que entienden que fue un «uso indebido de fondos públicos» sin que esto vaya en detrimento del castigo a la corrupción. la fiesta de Oriol Junqueras recuerda que aunque haya votado los presupuestos del Estado no se puede dar por hecho que han perdido fuerza negociadora porque aún quedan más de 4.000 enmiendas en el Senado, pero admite que la rebaja de penas puede acabar siendo el escenario más posibilista.
La prioridad, más allá de su propuesta de máximos, es llegar al acuerdo que sea menos lesivo para los encausados. De hecho, si Sánchez se ha abierto a abordar esta carpeta es porque, en términos electorales, no le conviene un clima de tension si de nuevo hay dirigentes Independentistas que entran en la cárcel, además de que ERC puede volver a ser determinante en una futura encuesta. Y el juicio a los republicanos Josep María Joven allí Luis Salvador Caerá en los próximos meses, entrelazada con la impredecible situación judicial de Carlos Puigdemont.
Atenazado por la derecha -el PP ya ha anunciado que llevará a cabo la reforma del Código Penal al Corte Constitucional porque entiende que es un «atropello al poder legislativo» y Vox y Ciudadanos atizan el espantajo de la moción de censura-, Sánchez está convencido de que su estrategia de judicialización no solo le da réditos para la estabilidad de su Gobierno, sino que es efectiva para, en palabras de Patxi López, «desmantelar el victimismo» de la independencia y la separación. Una ruptura que se ha plasmado con la salida de Junts del Govern y una grieta abierta a través de la cual el PSC gana ventaja. Este domingo, Sánchez aterriza en Barcelona en un acto con salvador illa para sacar el pecho de que, con él al frente de la Moncloa, el conflicto con Catalunya ya no es de alto voltaje.
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Sin embargo, ERC anunció entre las bambalinas del error que sería para el PSOE dar por acabado el conflicto. Su aspiración, insisten, es la amnistía y autodeterminación. Reconoce que, ante la negativa de la Moncloa tiene un levantamiento de penas generales, se han centrado en block de medidas que, sumadas, «se acerquen» y que supondrán que «la penalización del 1-O acabe muy reducida«. O eso esperan, tanto para evitar que más directentes vayan a la cárcel como para lucir que su apuesta por el diálogo da frutos. Aun así, así, aseguran que nada puede evitar que los jueces interpreten la reforma en «clave vengativa». «Podemos limitar la arbitrariedadpero no eliminarla», resumen.
Más allá de la carpeta de la desjudicialización, los republicanos entienden que esto es solo para poner el marcador a cero y poder afrontar el gran nudo gordiano: el encaje catalán y el referéndum que reclaman. Before los que lo señalan como un objetivo imposible porque el Gobierno ha dejado claro que este es un muro infrancqueable, recuerdan que Sánchez descartó el indulto y abogó por el cumplimiento «integro» de penas en la campaña de 2019 y que la demoscopia apunta que el apoyo del independentismo puede convertirse en un imprescindible para que el presidente mantenga en la Moncloa. Esto seguirá siendo su palanca.
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