Mostaza dijon y otras salsas: ley del sodio en Colombia ha generado que ciertos productos ya no se consigan | Finanzas | Economía

Los hermanos Sergio, cocinero profesional y administrador de empresas, y Pablo Mejía, también cocinero profesional, consiguió a notar, hace algunos meses, que conseguir ciertos productos en los supermercados del país estaba siendo muy difícil.

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Entre los faltantes en las estanterías estaban algunas salsas, como la teriyaki, sazonadores y la Dijon. En especial se trata de productos que sólo serán importados.

A través de las redes sociales, bajo el número de ‘The Kitchen Brothers’, dieron a conocer que el problema provinía de la resolución 2013 de 2020, del gobierno de Iván Duque, pero conocida como la ‘Ley de sodio’.

Los hermanos Mejía se comunicaron con una multinacional gran especialista en salsas y condimentos que les informó que habían sacado más de 20 productos de su portafolio a raíz de esta normativa.

Portafolio visitó un área grande allí encontrando que no hay disponibilidad de mostaza dijon, aún cuando en las páginas web de los supermercados aparece en stock. Y en plataformas como Mercado Libre el producto ya se comercializa por precios superiores a los 200.000 pesos cuando antes se venderá a 14.000 peEntoncess. ¿Que Paso?

Mostaza Dijon

Portal Oficial de Mercado Libre

La resolución de 2013 de 2020

La normativa que se expidió durante el gobierno Duque buscaba crear unos lineamientos para la reducción de la hipertensión arterial y de los enclaves no transmisibles asociados a esta para proteger la salud de los colombianos.

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La resolución comenzó a aplicar para alimentos tanto producidos en Colombia como importados. Para cada producto se establece un límite de sodio por cada 100 gramos. Allí surgieron diferentes productos como chorizos, embuditos, algunos cereales, galletas, maní, jamón, mantequilla, margarina, mayonesa, panes, quesos, salchichas, salsas y tortillas.

en el caso de la mostaza dijon aplicó un máximo de 817 mg de sodio por cada 100 gramos de producto Sin embargo, su manufactura no permitió cumplir con ese límite y, por ello, comenzó a ser interrumpida de los mercados.

Ausencia de mostaza dijon en los supermercados

Ausencia de mostaza dijon en los supermercados

Archivo privado

¿Mala forma de medición?

«La forma de medición no es correcta porque yo no puedo medir todos los ingredientes de la misma manera. Las cantidades que uno utiliza de ciertos productos por porción son mínimas como para que el sodio de ese producto llegue a ser dañino“, explica los hermanos Mejía.

“En el caso de la mostaza, si uno se come 100 gramos en una porción el plato queda incomible”, puntualizan.

«Hay algunos productos como la mostaza, la salsa de soja y otros que tienen mucha sal por cada 100 gramos porque esa es la manera que se Producen. la mostaza o la salsa que uno le pone a la receta se rinde en una cantidad mucho mayor Uno no consume la salsa de soja directamente de la botella en grandes cantidades, solo un poco”, dijo el empresario Thierry Ways.

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En este sentido, los expertos consideran que es equivocado poner este tipo de límites a todos los productos de forma generalizada sin tener en cuenta cómo se utiliza en la práctica.

«Ningún Deberian considera los límites de la soda a un producto que simplemente sus ingredientes parciales de otras cosas. El acabado sódico y el plato dependen de la preparación. No quiero decir que porque la salsa en cuestión sea alta en sal, el producto que se va a comer va a ser alto en sal«, Dice Maneras.

Sergio y Pablo Mejía hacen equipo con sus personajes llegó a creer que como estaba prohibido la mostaza dijon era daniña. «Se empezó a satanizar el alimento. El problema real es la prohibición de productos que nos son dañinos», explican.

Otros productos además de han salido del mercado

En una columna más reciente de EL TIEMPO, Ways asegura que hay otros productos que se han empezado a dejar de ver en los supermercados. Es el caso de la salsa de pescado y el zumo de anchoas.

El empresario reconoce que el problema tiene un impacto directo en los fabricantes. «Los fabricantes le ponen sal a los productos en la medida en que se necesita para darle saber característico al producto. El sal no solo es un elemento de sabor, cumple otras funciones relacionadas con la textura de los productos, la conservación y demás. Vender es un elemento funcional«, explícito.

Por ello, asegura que cuando los fabricantes quiten debenle la sal tiene un producto para bajar el porcentaje de sodio, pierden las funciones que ejercía este ingredientese y empiezan a incorporar aditivos o conservas.

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