“Los principales aeropuertos franceses no pueden ser menos respetuosos con el medio ambiente que los aeropuertos vecinos”

Acuando el gobierno planea un decreto relativo a la lucha contra la contaminación acústica en los aeropuertos adoptada por el Ministro de Transportes para implementar un enfoque equilibrado para todos los grandes aeropuertos de la Unión Europea, algunos profesionales del sector se muestran reacios y critican la medida. Sin embargo, este enfoque ha sido recomendado durante más de veinte años por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), una agencia especializada de las Naciones Unidas.

El traspaso del transporte aéreo ha permitido un crecimiento excepcional del transporte aéreo en Europa, pero los impactos sanitarios de este crecimiento exacerban las tensiones en los territorios más directamente afectados, que suelen ser los territorios más desfavorecidos de las áreas metropolitanas que se benefician de un gran aeropuerto. Estos impactos en la salud tienen un costo perfectamente medible en las cuentas de la nación.

Excepto para preservar las tensiones y provocar la «odio al avión»la mayoría de los profesionales son conscientes de que la evolución del tráfico en Europa debe ser ahora razonable y que es necesario un enfoque verdaderamente equilibrado para permitir que los aeropuertos sirvan lealmente a sus territorios.

El objetivo, una reducción de emisiones en origen

El primer principio es la movilización óptima de todas las palancas que pueden ser movilizadas por los profesionales. Esto implica reducir las emisiones en origen, optimizar los procedimientos operativos de navegación aérea en la aproximación, en tierra y en la salida de los aeropuertos. También se recomienda una planificación y programación sostenible de las operaciones. Para cada aeropuerto, los compromisos de los profesionales se registran cada cinco años en los planes de prevención de ruido ambiental de cada gran aeropuerto.

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Actualmente estamos al final del tercer plazo (2018-2022) extendido a 2023 debido al Covid-19. Al final de cada plazo, corresponde a los prefectos emitir tarjetas de ruido estratégico. La comparación de los mapas de 2016 y 2022 permite medir los resultados concretos obtenidos y evaluar objetivamente si ha habido una mejora o un deterioro de la situación local.

El segundo principio se basa en que si las acciones emprendidas por los operadores no han permitido alcanzar los objetivos locales de salud, se deben considerar medidas para restringir las operaciones. Sin embargo, antes de ser tomadas, estas medidas deben ser objeto de estudios de impacto. El objetivo es permitir que las autoridades públicas evalúen la rentabilidad de las medidas adoptadas antes de decidir cuáles implementar.

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