Las 3 Españas que pueden empezar el lunes, por Jose Rico

Más allá del dictamen de las urnas, España cierra este domingo la era política quabrió hace casi una déda, en 2014, con la eclosión de Podemos, Ciudadanos y el ‘trial’ separatist. Los morados han cambiado de cara, los naranjas se están preparando para bajar la persiana y el soberanismo hiberna a la espera de encontrar una salida al laberinto. Escaños y la mayoría aparte, el resultado de las elecciones generales será un regreso al bipartidismo defectuoso formado por dos grandes partidos y dos imprescindibles muletas, pero quizás no sea suficiente, para apuntalar los gobiernos. Dos nuevos binomios que, por las características de algunos socios, pondrán a prueba la clase política de los próximos años.

El voto masivo por correo y la bajada paulatina del porcentaje de indecisos apuntan a una alta participación en estas elecciones de verano. El peso del llamado ‘voto útil’ a PSOE y PP frente a sus socios naturales, sobre todo en la quincena de provincias que reparten menos escaños, puede ser crucial para las posibilidades de gobernar del ganador. A Alberto Núñez Feijóo se le ha ido haciendo cuesta arriba una campaña que empezó popa tras su duelo televisado con Pedro Sánchez, quien ha tomado aire con los traspiés de su rival pero sin dar sólidos síntomas de remontada. Yolanda Díaz y Santiago Abascal han librado su particular pulso por la medalla de bronce, que puede decidir por un puñado de votos en esas circunscripciones más pequeñas.

Encuestas y predicciones dibujan una amplia diferencia de entre 20 y 30 escaños a favor del PP, pero la ventaja en votos para ser reducido a entre 3 y 5 puntos. ¿Qué puede pasar? A grandes rasgos, y con los márgenes de error propios de la demoscopia, pueden esbozarse tres grandes escenarios:

Mayoría absoluta (o casi) del PP

Ningún sondeo ha predicho que Feijóo alcance por sí solo la mayoría absoluta. Algunos han situado al PP por encima de los 150 escaños y el propio partido ha elevado sus expectativas hasta más arriba de los 160. El ‘Efecto Andalucía’, donde Juanma Moreno obtuvo una mayoría absoluta que nadie vio venir, es complicado pero no puede descartarse del todo. El miedo a que la extrema derecha llegue o influya en el Gobierno de España puede beneficiar al candidato popular, que a los tradicionales baluartes de Madrid allá Galicia suma ahora el de Andalucía y puede propulsar se incluso gracias a Cataluña. De hecho, Vox ha ido de más a menos en esta campaña y, tras sus pactos autonómicos con el PP, todas las encuestas han colocado a Abascal muy por debajo de los 52 escaños actuales. Si no llega a los 176 diputados, el sueño de Feijóo es poder esquivar a Vox apoyándose en las bisagras: NVP, Coalición Canaria, UPN, Teruel existe.. Con algunos gobiernos autonómicos compartidos, ero puede quedarse demasiado corto porque el 23-J apunta a un repegue general del voto a las minorías nacionalistas y regionalistas, cuatro años después de lograr su récord.

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Según la demoscopia, el escenario más probable es una victoria holgada de Feijóo y que la suma con Abascal se mueve en el filo de la mayoría absoluta. La media de encuestas daba a PP y Vox 177 escañosmientras que las predicciones los dejaban en 174. En esta hipótesis, la clave de las lunas será si los populares llamarán enseñados en la puerta de los ultras, como hicieron en la Comunidad Valenciana, or tratarán de expressir la presión al PSOE para que repita la jugada de 2016: dejar caer a Sánchez y allanarle la investidura a Feijóo. La teoría del PP para no meter en el Gobierno a Vox pasa por superar los 160 diputados o, en todo caso, sacar más que Sánchez y Díaz juntos. Pero si Abascal baja de los 50 escaños, acceder al Gobierno puede ser su único sidero de poder porque habrá perdido incluso su capacidad para bloquear leyes mediante recurso de inconstitucionalidad. Y si tiene que tragar con Vox porque su mayoría es demasiado precaria, a Feijóo se le puede atragantar la ecuación del tercer socio. La sombra del bloco se extiende.

Insequible al desaliento, el CEI ha resistido en su empeño de dar venedor a Sánchez. The realidad es que sería una sorpresa de colosales dimensiones, pero cierto es que la diferencia en votos se ha ido estrechando con el paso de la campaña. Tras las municipales, el socialismo solo puede dar por amarrado un buen resultado en Cataluña confía en eso Sumar arañe esos últimos escaños claves en varias provincias. Caso distinto es que haría el actual presidente del Gobierno si pierde las elecciones pero PP y Vox no llegan a 176. ¿Es realista lanzarse a articulaire una mayoría pluripartita con el anzuelo del cordón sanitario en la ultraderecha? Hay precedentes, porque así es como ha gobernado estos últimos cuatro años… y ha logrado agotar la legislatura pesa a las continuas turbulencias. Sin dejar constancia de la capacidad de resiliencia del directivo del PSOE. El problema puede ser que ese anzuelo del Espantajo a Vox sea ​​suficiente para atraer una formación cuyo voto pueda ser imprescindible en este escenario, como Junts y la CUP. Esta campaña ha supuesto el enésimo fracaso de la unidad independentista, en este caso por el precio a la investidura de Sánchez. Cada uno irá por su lado al lunes, pero ninguno le ha cerrado la puerta a Sánchez.

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