La deuda oculta de la Comunidad de Madrid con cuatro hospitales de Quirónsalud asciende ya a 1.250 millones | Comunidad
La Comunidad de Madrid debe un total de 1.248,7 millones de euros a los cuatro hospitales públicos estatales del grupo Quirónsalud, según el informe anual 2020 del gigante mundial de la salud Fresenius, propietario de la red de centros de salud Chiron en España desde 2017. El monto de la deuda, que el gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) tiene con los hospitales de la concesión, no ha dejado de crecer en los últimos años, sin que las autoridades regionales reporten exactamente lo que se denomina deuda oculta. Este martes, ante la pregunta de EL PAÍS, el Ministerio de Salud, que hace dos años negó la existencia de tal deuda, «reconoce los montos adeudados a Quirón», pero lo atribuye a retrasar los controles que tienen que hacer para cerrar las cuentas. .
En diciembre de 2019, el Tribunal de Cuentas Regional presentó los primeros importes. En su informe sobre el ejercicio 2018, la Autoridad reveló que la Comunidad de Madrid adeuda 722,3 millones de euros a cinco hospitales de gestión privada -cuatro de Quirónsalud y Torrejón, del Grupo Ribera Salud- y al militar Gómez Ulla, del Ministerio de Defensa. . Si bien no aparecieron datos desagregados por centros de salud, estas cifras apuntan a que solo los hospitales de Quirónsalud prácticamente han duplicado su deuda total en dos años. Estos centros son la Fundación Jiménez Díaz, el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, la Infanta Elena de Valdemoro y el General de Villalba.
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El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, negó en febrero de 2020 que su departamento tuviera alguna deuda con los centros sanitarios, aunque reconoció retrasos en la liquidación de pagos. Lo hizo en la sesión plenaria de la Asamblea el 6 de febrero. A la interpelación de José Manuel Freire, entonces responsable de la atención sanitaria del grupo socialista, por este importe, que reveló el Tribunal de Cuentas (64 millones en 2015, 178 en 2017 y 268 en 2018), Ruiz Escudero respondió: «No podemos Hablamos de una determinada deuda, pero estas son previsiones internas que se hacen en el Servicio de Salud de Madrid (Sermas).
Sin embargo, el informe de Fresenius refuta al concejal. Como empresa registrada, la empresa es el operador de hospitales privados más grande de Europa y líder mundial en tratamiento de diálisis, el grupo debe auditar anualmente todas sus cuentas e informar los resultados a sus accionistas. En el apartado “Provisiones para riesgos crediticios esperados”, que incluye aquellas partidas cuyo cobro acumula retraso o se considera en riesgo, Fresenius incluye un total de 6 937 millones de euros a 31 de diciembre de 2020.
De este importe, el 18% – 1.248,7 millones – corresponde a las «Autoridades Sanitarias de la Comunidad de Madrid, España», el documento de 2020 incluye deuda, que ha aumentado en 244 millones (24,4%) respecto al ejercicio 2019 Este importe sitúa a la Comunidad en segundo lugar entre los ‘deudores’ de Fresenius, después del sector de diálisis de EE. UU. (45% del total) y por delante de Medicare, que es responsable de la atención médica de 61 millones de jubilados estadounidenses, en un 14%.
Se trata de importes que han sido debidamente auditados y cuya recaudación estamos a la espera de finalizar con el gobierno regional.
Portavoz de Quirónsalud
Quirónsalud declinó dar detalles sobre las cantidades adeudadas por la Comunidad de Madrid, aunque reconoció las cifras contenidas en el informe de la sociedad matriz a la que se refiere. «Estos son montos que han sido debidamente auditados y cuyo cobro estamos a la espera de concretar con el gobierno regional», dijo un vocero.
Fuentes sanitarias del ejecutivo madrileño, que pidió el anonimato, explicaron que «el Ministerio de Sanidad lleva años atrasados en el reconocimiento de estas deudas». Los retrasos en los pagos se producen, según estas fuentes, porque “no siempre coincide lo que dicen los hospitales que han hecho con lo que se conoce a la salud, por lo que primero se debe revisar toda la actividad clínica y si finalmente están de acuerdo, esperar a que se realice el pago”. . Un proceso que podría «durar varios años en total, aunque aún no ha llegado a los tribunales, ni es previsible que dejen de pagar los artículos».
Un portavoz del ayuntamiento, «sobre los asentamientos a cerrar», confirmó «que no se consideran deuda». «Cada año, los presupuestos del próximo año proporcionan una financiación separada, siguiendo las instrucciones y recomendaciones del Ministerio de Hacienda y el Tribunal de Cuentas, en función de la estimación de costes que proporcionará la ayuda … cuatro hospitales durante el año», explicó en escritura. «Próximamente», añadió, «la liquidación del presupuesto 2020 se remitirá a la Asamblea de Madrid, que, junto con la cuenta general, cobrará la deuda acumulada».
Contratos complejos
Hace casi dos años, tras conocerse el informe del Tribunal de Cuentas, el entonces diputado socialista en la Asamblea de Madrid, José Manuel Freire, criticó «la complejidad de los contratos con estos hospitales, lo que dificulta su control». Ahora que se ha enterado del aumento de endeudamiento reclamado por Quirónsalud, Freire lamenta que “se estén confirmando los problemas de un sistema mal diseñado y mal gestionado, ya que no hay voluntad política para dotar a la salud pública de los medios necesarios para controlar eficazmente los hospitales concesionados . ”.
El origen de al menos parte de estos importes correspondería al precio de los pacientes atendidos por la denominada «Libre elección de médico». Mónica García, diputada del Mas Madrid, recibió, gracias a una pregunta parlamentaria, la actividad en los centros privados de los pacientes que optaron por acudir a ellos en lugar de un hospital público. En 2018, de 114,426 pacientes que tomaron esta decisión, 17,542 eran de dermatología; 12.531, en otorrinolaringología; 10.849, Ginecología; 8.899, de cirugía maxilofacial y 8.328, del aparato digestivo.
García se quejó: “Los hospitales privados están captando aquellas especialidades que les suponen menos riesgos, como la dermatología, la otorrinolaringología … Esto también se asocia a procesos menores y sobre todo a las consultas, que tienen un gran retraso en la salud pública. Aceptan a los pacientes más rentables que no requieren mucha complejidad. Nunca llevarán a un paciente con cirugía cardiovascular o pediátrica, lo que requiere mucha complejidad.
El modelo Alzira
La Comunidad Valenciana con el gobierno de Eduardo Zaplana (PP) fue pionera en poner hospitales públicos en manos de empresas privadas con ánimo de lucro. Fue la llamada Modelo Alzira, comenzó en 1999 con el centro de esta ciudad -que tuvo que ser salvado con fondos públicos cuatro años después- y que ahora está siendo cancelado por el actual consejero delegado de Ximo Puig (PSOE y Compromís) al finalizar las concesiones.
Pero la Comunidad de Madrid es la que más ha privatizado la salud pública. Esperanza Aguirre inició en 2003 un plan para construir siete nuevos hospitales. Logró encontrar nueve durante su mandato. Pero ni su construcción es responsable de la comunidad, ni su gestión (total o parcial), ni siquiera es propietaria de estos centros. El convenio de 30 años otorga la propiedad a varias empresas (entre constructoras, inmobiliarias o sanitarias con bancos como accionistas) y una cuota anual por el cuidado de la población. Siete de ellos probaron un modelo mixto en el que el personal era público, pero el edificio y el equipamiento estaban en manos del sector privado; Este es el llamado modelo PFI (Private Finance Initiative).
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Sin embargo, la privatización de la sanidad en Madrid no es solo una cuestión de construir hospitales. Hay innumerables informes y datos que lo reportan. El informe 2020 Situación y desarrollo de la atención especializada en las comunidades autónomas de 2010 a 2019, de la Federación de Asociaciones de Salud Pública (FADSP), reflejó que Madrid es la región que lidera varios indicadores con esta tendencia, como el porcentaje de camas privadas por encima del total (27,72% en Madrid con 5,13% en La Rioja) o el incremento del número de visitas de especialistas del sector privado, 1,34 consultas al año y residente (frente a 0,34 en Castilla y León).