De vuelta a clase Opinión
Párate en filas -por altura o número de lista- que acabo de alucinar que el regreso al colegio del que tanto se habla en la prensa se aplica a todos los adultos vacunados (y que el año que viene veremos qué hacemos con los niños). Alejémonos (colocando la punta del dedo medio en el hombro derecho del compañero de delante) y eliminemos el uso de nombres por ahora, ya que solo necesitamos reconocernos por los apellidos (y, por supuesto, los apodos).
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Propongo reciclar la misma lista de herramientas del pasado: un conjunto de cuadrados de Baco, una brújula con pico (considerada a la vez un «arma blanca»), una goma de borrar azul (para tinta) y una roja (para dictado estrictamente amarillo lápices y un dibujo técnico azul); un libro de texto con la heroica imagen de Lola Beltrán, envuelta en una bandera tricolor, una lonchera con termo dinámico, siete cuadernos Scribe (rayados, cuadrados y dos en italiano); un juego de sellos de la Independencia y un mapa de México … plastilina multicolor, balón de fútbol rojo para coladeritas (comprado en una farmacia de prestigio) y, pero por supuestoEl tubo de vitacilina está reservado para el descanso y posibles accidentes en clase.
Si necesitamos volver a los tomates, los tamarindos o los uniformes verdes chilenos, llamemos a la funcionalidad de los shorts terlenka y pantalones para todas las ocasiones. Supongo que los honores de la bandera y la ceremonia civil serán más largos cada lunes, pero podríamos agregar más horas de atención extrema a los memes y videos supercortos. Averigüemos si los maestros vuelven a tener el derecho de hierro de castigar a puñetazos con puñetazos, patillas y las reglas del Tercer Reich, o si deben continuar indefensos ante el imperio inapelable de nuestros derechos afilados.
Soportes desesperados por el tan esperado imperio azucarero: ¡por piedad, no nos obliguen a probar solo frijoles y pepinos! Queremos volver al polvo de Miguelito mezclado con líquido, bañando un poco de Casares triturado y una rosquilla masticable de chocolate graso, Pasquale Boeing, combinando triángulos (piña y tamarindo a la vez) y ese secreto delicia de Gansitos triturados en un mapache extranjero. . Está prohibido anular el huevo con chorizo, el incomprensible encanto del queso de cerdo y esa gran cosa que se llama la Garra de los Osos como postre universal y ecuménico.
Sugiero que las clases sean presenciales y que mantengamos sillas virtuales para reincidentes (para que no se vayan de CERESO) y sugiero que el trabajo en equipo no necesariamente se basa en el criterio de igualdad de género. Suprimamos los concursos de oratoria y evitemos los exámenes orales, pues supongo que los primeros en volver a clase por decreto deben ser los políticos que han olvidado por completo el arte de leer, la capacidad de hablar en público o de construir oraciones coherentes; Supongo que funcionarios disfuncionales y muchos jefes de varias administraciones deben volver a la simple aritmética de la suma (sin robo), la resta (sin abuso), la multiplicación (sin corrupción) y la verdadera división en todos los sentidos. Si es así, que tomen una lista los encargados de quién sabe cuántas oficinas públicas y privadas que han descuidado la lógica y la geometría que pisotean la ética y no tienen memoria histórica, y me gustaría ser estricto con la precisión y presencia que tienen quienes evitan su alta responsabilidad volviendo a los escritorios, saben cómo ser condenados al cerco de la desaprobación, y por tanto dedicarse a las tareas de limpieza de combustible a partir de ahora.
De todos modos, estaba alucinando y reconociéndolo, porque en el fondo alguien que lee y trata de hilar palabras sabe en su conciencia que cada mañana, ya sea que esté despierto o perdido en la almohada, regresa a clase.
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