América Latina: A los 50 años "venas abiertas ..."  Ideas

América Latina: A los 50 años «venas abiertas …» Ideas

El candidato de izquierda a la presidencia de Perú, Pedro Castillo, saludó a sus seguidores desde el balcón de la sede de su partido el 10 de junio de 2021.Fotógrafo autónomo / EFE

El problema actual en América Latina (AL) tiene dos caras: por un lado, la desigualdad socioeconómica; por otro, la frecuencia de lo que se suele llamar neo-populismo, expresión actual del caudilismo populista de otras épocas. Somos muy conscientes de que la desigualdad en Los Ángeles es relativamente profunda y que existen diferencias muy marcadas entre los países que la incluyen. Sin embargo, no sabemos cuál es el vínculo entre desarrollo económico e igualdad. Tampoco existe ninguna conexión entre los dos, por un lado, y el llamado neopopulismo, por el otro.

Contenido del Artículo

Más información

Estas reflexiones proceden del último libro del sociólogo español José María Maraval (Democracia e izquierda; Galaxia Gutenberg) y se puede leer, mientras que en los países de la región que apoyan estas ideas ocurren algunos hechos insólitos. Por ejemplo, las recientes elecciones en Perú pueden dar poder al representante de un partido marxista-leninista que llegará al gobierno por votación. Sería una de las primeras veces (¿quizás por primera vez?) Que esto sucedería, lo que obligaría al propio Lenin, así como a revisionistas como Bernstein, el renegado Kautsky, y otros. En Perú, dos modelos de populismo se enfrentaron hasta el último minuto, uno de derecha (Keiko Fujimori), apoyado por el Todopoderoso. establecimiento del país (empresarios, intelectuales, medios de comunicación, etc.), y otro «conservador de izquierda» (Pedro Castillo), comunista, pero a la vez contra el aborto, el matrimonio homosexual, etc. Vargas Llosa, que es el rompeolas más adecuado de Fujimori en la campaña electoral (cosas reales), escribe: «No elegiremos a algunas personas, elegiremos un sistema».

El periodico de Wall Street, la biblia mediática más ortodoxa del capitalismo, escribe que AL se rebela contra el libre mercado y mira al marxismo después de la crisis de COVID. Y dio numerosos ejemplos: AMLO en México, Chile (donde un grupo fuertemente distorsionado de izquierda reescribirá la constitución del país y donde el Partido Comunista ha ganado una hegemonía que ni siquiera tenía con Salvador Allende), Argentina kirchnerista y antiliberal, la plausible oportunidad para Brasil liderado nuevamente por Lula, etc. Esta reflexión no es tan clara: los principios neoliberales del Consenso de Washington no murieron con su creador, John Williamson, y la alternativa ideológica izquierda-derecha es mucho menos clara que las diversas políticas antisistémicas y populistas. Actualmente no hay un giro a la izquierda en la región con tanta claridad como en la primera década de este siglo.

Este año se cumple el 50 aniversario del libro que cambió la historia de la región para siempre: Las venas abiertas de América Latina, del inolvidable uruguayo Eduardo Galeano, el texto de referencia de la izquierda latinoamericana en el sentido más amplio, reimpreso mil veces desde 1971 (editado por Siglo XXI). Tiene sentido volver a leerlo y comparar sus predicciones con la realidad. La región atravesada de punta a punta por el coronavirus (Perú es el país del mundo con mayor número de muertes per cápita debido a la pandemia), mantiene a 187 millones de personas en la pobreza y a 70 millones en la pobreza extrema (datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de una población mundial de 654 millones.

Los libros de Galeano y Maraval tienen poco en común. Quizás coincidan, con tantos años de diferencia, en la realidad de algunos países anémicos de la región, que no han cumplido adecuadamente las funciones que les corresponden para reducir las desigualdades exponenciales que en muchos casos provienen de la colonización. Venas abiertas … Esta es la descripción del constante saqueo de los recursos naturales de la región por parte de los distintos imperios que la atravesaron. Si Galeano viviera, no le quedaría más remedio que añadir un epílogo con el papel de Rusia y China en la región.

Suscríbete aquí al boletín semanal Ideas.

Sobre el Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *