salida del presidente, en el contexto del retraso de Ariane-6
Cambio de perspectiva en el espacio. Una junta directiva de ArianeGroup, prevista para el lunes 3 de abril, debería significar la salida del presidente, André-Hubert Roussel, y su sustitución por Martin Sion, presidente de Safran Electronics & Defense, según nuestra información que confirma revelaciones de La galería. No se hizo ningún comentario sobre el tema el jueves 30 de marzo, tanto en Airbus como en Safran, los dos accionistas iguales de este grupo.
El Sr. Roussel dejó su cargo cuatro años después de haber sido nombrado allí, cuando la empresa atravesaba un momento difícil debido a los retrasos en la fabricación de Ariane-6. Entre sus misiones estaba la puesta en marcha de este cohete, expediente que conocía bien, habiendo participado en 2014 en la definición de este futuro lanzador cuando estaba en Airbus. Un programa en el que se han seguido acumulando contratiempos, costes adicionales y retrasos.
En diciembre de 2014, tras largas vacilaciones, los veintidós países miembros de la Agencia Espacial Europea (ESA) decidieron lanzar Ariane-6, un cohete capaz de enfrentarse a la competencia de SpaceX. Con su Falcon 9, la firma de Elon Musk había roto el precio de lanzamiento al reducirlo casi a la mitad. El nuevo participante puso fin al duopolio ruso-europeo formado por Ariane y Proton, al cambiar los fundamentos del mercado: tarifas altas justificadas por la seguridad de los vuelos.
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Dificultades imprevistas, retrasos en las pruebas
Los europeos se dieron seis años para desarrollar este cohete, que es más flexible en el uso y, sobre todo, entre un 40 % y un 50 % más barato que el Ariane-5. El vuelo inaugural apareció el 21 de julio de 2020, fecha aniversario de los primeros pasos del hombre en la Luna, durante la misión Apolo 11 de 1969. No pasará nada. Muy rápidamente, esta fecha fue olvidada. La pandemia del Covid-19 agravó la situación durante 2020. Se fijó un nuevo plazo para finales de 2021, también aplazado varios meses.
Y, en la primavera de 2022, surgieron dificultades imprevistas, a las que se sumaron retrasos en las pruebas de disparo de la etapa superior del cohete en el recinto de la Agencia Espacial Alemana, en Lampoldshausen (Baden-Württemberg). Tanto es así que en otoño de 2022, la ESA anunció un nuevo turno de un año. Si todo va bien, escuchamos entonces, el primer vuelo se realizaría un año después, en el último trimestre de 2023. Eso es tres años y medio de retraso. Pero ahora parece que este plazo, de nuevo, no podrá cumplirse y se aplazará al primer semestre de 2024.
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