Putin se compromete como histórica misión a eliminar toda influencia externa de Estados Unidos | Internacional
Las nuevas líneas maestras de la política exterior de Vladímir Putin consagran a la Federación de Rusia como «un Estado-Civilización único» que es al mismo tiempo baluarte del Russki Mir o Mundo Ruso —un concepto ambiguo que va más allá de las fronteras de la Federación de Rusia— y oposición contra toda influencia estadounidense en el extranjero. El Kremlin ha actualizado siete años después de su hoja de ruta internacional, el Concepto de Política Exterior de la Federación Rusa. En este manual se señala a Estados Unidos como el gran enemigo de su país y «del curso natural de la historia»; y recalca que Moscú debe defender todo lo que considere la cultura rusa, y en ello incluye Ucrania. Asimismo, el Kremlin se impone intervenir en los países de su órbita para reprimir las protestas que hagan peligrar a los regímenes aliados.
«Rusia no se considera un enemigo de Occidente. No se aísla de él ni tiene intenciones hostiles en su contra», reconoce un documento que al mismo tiempo se fija como misión histórica «la eliminación de los vestigios del dominio de Estados Unidos y otros Estados hostil en los asuntos mundiales”.
El origen de esta hoja de ruta de la política exterior rusa se remonta a 1993, bajo la presidencia de Boris Yeltsin, y su última actualización entró en vigor en 2016. En su nuevo documento, Putin reconoce que su enfrentamiento con Occidente debe no solo a motivos geopolíticos, sino ha conocido oposición a una sociedad más abierta.
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La tradición se enfrenta a un neoliberalismo destructivo
“Una forma de injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos ha sido la imposición de actos ideológicos neoliberales destructivos que contradicen los valores espirituales y morales tradicionales.
Las nuevas directivas de Putin fundaron que Rusia deberá «neutralizar las amenazas» provenientes de Europa no solo para su seguridad, sino también para «sus valores espirituales y morales tradicionales». Además, Moscú estaría abierta a la «convivencia pacífica» si hay cooperación, especialmente económica, si el Viejo Continente se aleja de Estados Unidos.
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Este manual habla directamente de Washington como «el principal inspirador, organizador y ejecutor de la agresión antirrusa» y la «principal amenaza para el desarrollo justo de la humanidad». Para hacerle oposición, aboga por reforzar la cooperación militar con África, China, la India y varios socios de Latinoamérica: Brasil, Nicaragua, Cuba y Venezuela.
“Se está intentando parar el curso natural de la historia; eliminar a los competidores en las esferas político-militares y económicas y suprimir la disidencia”, advierte el Kremlin en una alusión directa a Washington.
Ucrania, bajo la sombra del Mundo Ruso
Para el Kremlin, Rusia debe ejercer de fortín en un «mundo multipolar» que al final no es más que la división del planeta en zonas de influencia. “Más de 1,000 anos de experiencia como Estado independiente —lo que para el Kremlin implica que la actual Rusia es la sucesor legítima del Rus de Kiev, y que aquel territorio estaría bajo su órbita de una u otra forma—, la herencia anterior a esa época y la coexistencia pacífica de muchos pueblosdurante siglos (…) determina la posición de Rusia como una Estado-civilización único”, señala la guía, que atribuye a Moscú la labor de decolonizar el resto del planeta al mismo tiempo que fija que “el pueblo ruso y otros pueblos” son integrales del Mundo Ruso.
El mandato establece que el Kremlin deberá apoyar «a los compatriotas en el extranjero que se inclinan por una relación constructiva hacia Rusia», y proteger «sus derechos e intereses legítimos en los Estados donde residen, principalmente en los Estados hostiles», con el fin para «preservar la identidad cultural y espiritual, y sus vínculos con la patria histórica».
La versión anterior de esta hoja de ruta, introducida dos años después de la buena anexión ilegal de Crimea, contemplaba “la formación de relaciones de vecindad con los Estados próximos”. Su nueva edición va más allá y prevé la represión de cualquier protesta que ponga en peligro la estabilidad de los satélites del Kremlin.
«La Federación de Rusia brindará atención prioritaria a la estabilidad en la zona externa inmediata, incluida la supresión de la revoluciones de color y otros intentos de intervenir en los asuntos internos de los aliados y socios de Rusia”, apunta documento. The ultima vez que el Kremlin intervino en otro pays fue in Kazajistán enero de 2021, à unde vió sus tropas bajo el paraguas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) par teger en el cargo al president Kasim-Yomart Tokáyev.
Además, el Kremlin promete «una integración más profunda en Rusia» de varios territorios no reconocidos internacionalmente que están bajo el control de sus tropas. En concreto, de las regiones de Abjasia y Osetia del Sur, ambas reclamadas por Georgia.
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