Por primera vez, Chile elige democráticamente a sus gobernadores con menos del 20% de participación Internacional
Solo 2,5 millones de los 13 millones de ciudadanos votaron este domingo en Chile en la segunda vuelta de elección de gobernadores regionales por primera vez en la historia (19,6% de la lista). Este es el peor indicador de participación registrado en el país sudamericano, que sufre de abstinencia estructural, especialmente después del voto voluntario de 2012. En el plebiscito de octubre de 2020, que determina la sustitución de la Constitución, participó el 50,95%. El pasado mes de mayo, en las reiteradas elecciones de 155 electores, autoridades municipales y gobernadores, el 43,41%. Hoy en día, la baja participación ciudadana se debe a la pandemia del covid-19, que actualmente tiene ocupadas el 96% de las unidades de cuidados intensivos. Dada la nueva ola de infecciones, toda la región metropolitana ha sido nuevamente puesta en cuarentena este fin de semana, aunque se han levantado las restricciones a la asistencia a los colegios electorales.
En las elecciones de hace un mes, solo tres de las 16 regiones tuvieron resultados de primera vuelta: Valparaíso quedó en manos del izquierdista Frente Amplio, y en las regiones del extremo sur de Aysén y Magalanes triunfaron los candidatos de centroizquierda. Trece regiones quedaron pendientes de votación en las históricas elecciones del domingo, ya que los chilenos nunca habían elegido a sus líderes regionales en las urnas, hasta ahora siempre determinados por el ejecutivo. Chile fue uno de los dos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), junto con Turquía, que no eligió autoridades intermedias, como lo hacen otros países latinoamericanos, como Argentina, Brasil o Perú.
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El centroizquierda se quedó este domingo con ocho de los 13 cargos polémicos, entre ellos el gobierno de Santiago de Chile, el más importante en un estado altamente centralizado y hogar del 40% de la población del país. El abogado demócrata cristiano Claudio Orrego, de centroizquierda, que gobernó entre la vuelta a la democracia en 1990 y 2010, obtuvo el 52,7% de los votos contra el candidato de izquierda Frente Amplio, la politóloga Carina Oliva, de 36 años, quien recibió 47,27% de los votos. Aunque no existe un vínculo directo entre la inédita elección de gobernadores y la elección presidencial de noviembre del próximo año, el triunfo de la alianza, conformada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, se vería fortalecido en marzo de 2022, cuando salga la ley de Sebastián Piñera. La Moneda, la sede del gobierno. Este resultado, en cambio, da nuevas esperanzas al ala moderada de la oposición, que tiene varios candidatos en la contienda: la socialista Paula Narváez, el radical Carlos Maldonado y la senadora demócrata cristiana Jasna Provoste, la más competitiva del sector, aunque no ha presentado una solicitud oficial.
Los candidatos de izquierda de La Moneda, Daniel Judyu (del Partido Comunista) y Gabriel Boric (del Frente Amplio), se medirán en las primarias del día 18 del próximo. Ambos apoyaron fuertemente al candidato de Oliva a la gobernación de Santiago, quien recibió una votación alta pero no suficiente para imponerse a Orrego.
Mientras tanto, el partido gobernante volvió a su lugar después de no haber alcanzado ni un tercio de la convención constitucional a mediados de mayo, que tendrá que redactar una nueva constitución a principios de julio. De las 16 posiciones controvertidas, solo gana la región de la Araucanía, donde se concentra el conflicto entre el estado y el pueblo mapuche por el control de las tierras ancestrales. Este es un duro golpe para los cuatro candidatos del sector que intentan suceder a Piñera: Joaquín Lavigne (UDI), Sebastián Siehel (independiente), Ignacio Briones (Evopoli) y Mario Desbordes (RN).
El resultado de Santiago se esperaba con cautela, especialmente después del pasado mes de mayo, donde los votantes castigaron a políticos tradicionales, tanto de derecha como de centroizquierda, que lideraron la transición a la democracia desde 1990. Hace un mes, La Alianza entre el Partido Comunista y el El Frente Amplio fue abandonado con 28 escaños en la convención constitucional, la Lista Popular de Independientes de Izquierda con 26, el centroizquierda con 25 y la derecha unida en un solo pacto, recibió solo 37, que no es suficiente. basta con vetar las normas constitucionales. Este domingo en Chile, el descontento social no fue capitalizado por la izquierda, al menos en la capital. En el norte, sin embargo, el Frente Amplio se apoderó de la región de Tarapacá, y en Coquimbo, el candidato independiente apoyado por los comunistas triunfó sobre el candidato de derecha.
El gobernador, elegido por Santiago, que asumirá el cargo el 14 de julio, se inició en la política como estudiante universitario en la década de 1980 en la lucha contra el régimen militar. Luego se desempeñó como ministro en el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), fue electo alcalde del municipio de Penalolen por ocho años, y en el segundo gobierno de Michel Bachelet fue alcalde de Santiago, cargo que ocupó entre 2014 y 2018. Con reconocida capacidad de gobierno local, su figura está fuertemente asociada a la clase política convencional con la que la sociedad chilena parece rebelarse. Su oponente, en cambio, no era un rostro tradicional de la política chilena, sino parte de una generación que la invadió desde distintos frentes.
El bajo récord de participación establecido este domingo en Chile reemplazó inmediatamente el debate abierto sobre la necesidad de una reforma electoral como sufragio obligatorio que ya se estaba debatiendo en el Congreso.