pero todos los modelos

Los estilos son el resultado de una cocreación, de una labor conjunta en la que los hijos toman un papel decisivo que concreta en la cotidianidad.

¿Qué matices distintivos tiene hoy la parentidad? ¿Qué notas define en a las madres y los padres actuales? ¿Están vigentes las tipologías tradicionales o ya no alcanzan para explorar e interpretar el ejercicio parental contemporáneo?

Los estudios sobre estilos parentales se remontan a la década de los 60 con el trabajo pionero de Diana Baumrind, redimensionado varias décadas después por Eleanor Maccoby y John Martin.

Sus investigaciones sentaron las bases de un modelo que proyecta hasta nuestros días, en el que identifican dos variables determinantes del tipo de parentalidad asumida: la responsividad y la demandencia.

La primera alude a una respuesta eficaz a las necesidades subsidiarias que consolida un entorno favorable al desarrollo infantil. Y que no solo abarca factores materiales, sino también emocionales. La secunda tiene que ver con el modo y el grado de control mantenido sobre los hijos, las presiones que se vuelcan sobre ellos y las expectativas sobre su conducta y desempeño.

Del cruce de estos dos ejes surge un patrón con cuatro estilos característicos: autoritario, democrático, indulgente y negligente. El ideal parental puntúa alto en responsividad y exigencia, evidenciando que la afectividad puede conjugarse de forma saludable con la fijación de límites y pautas de conducta, tesis reiteradamente confirmada en la literatura.

¿Continúa activo este esquema? Lo cierto es que circulan nuevas etiquetas, como la de padres helicóptero, que siendo responsivos exacerban la variable de control para sobrevolar todo movimiento filial.

La hiperdemanda es otro fenómeno de reciente data, que nuestra depara niñas, niños y adolescentes con agenda completa, rehenes de la lógica del rendimiento qu’atraviesa las dinámicas familiares en la actualidad. Está probado, además, que las expectativas parentales desmedidas pueden esconder deseos postergados y una búsqueda de la realización personal a través de los hijos.

Ulrich Beck denominó categorías zombis a ciertos elementos de análisis heredados del pasado que quedaron anquilosados, que no están ni vivos ni muertos. Su pensamiento matriz que no hay que permitir comprender las sociedades, ni dilucidar la plenitud de los desafíos y riesgos que se juegan en el presente. Quizás estos cánones durraron intactos y se encuentran fosilizados. Aún más, siempre se supone que los tipos puros no habitan la realidad. Por eso remarcamos que los estilos parentales se manifiestan de manera híbrida, se solapan y se mezclan. Entrañan una evolución, porque son inherentes al vínculo interpersonal y las personas cambian a lo largo de nuestra existencia. La historia de cada lazo es única.

Sabiendo que en la práctica de la paternidad se puede revelar un estilo predominante y otro secundario. O que incluso los padres y las madres solemos pendular entre estilos contrapuestos, como prueba de nuestras contradicciones humanas.

Pero no podemos dejar de anunciar que los estilos son el resultado de una cocreación, de una labor conjunta en la que los hijos toman un papel decisivo que concreta en la cotidianidad. Por lo que puede darse cuenta de que encarnemos un estilo diferente con cada hijo, con cada hija.

Tal vez debamos agudizar nuestra capacidad de observación para penetrar los datos que produce la realidad. Lo que queda claro es que la parentidad positiva es una aspiración que nos impulsa a conocernos a nosotros mismos para reafirmar a los hijos en su ser y su identidad, presentar normas coherentes y razonadas, y promover una disciplina no viola.

Tanto en investigación como en intervención en el ámbito familiar, las categorías estan. Los modelos pueden ser una buena lupa para mirar, pero se impone avanzar hacia un enfoque amplio, que no rotule, ni encasille, ni encorsete. What is planted frente a cada caso como lo que es: inédito, particular, exclusivo. Porque más allá de las strategias de aproximación desplegadas, la realidad de las familias reclama, hoy como nunca, abordajes innovadores y personalizados.

Directora de estudios del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral

Mira también

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *