Los empresarios confían en la recuperación económica a pesar de los avances en la quinta ola de coronavirus | Ciencias económicas
El verano se vuelve más complicado. Esta es la tesis que sostienen empresarios y analistas ante el aumento de contagios y la llegada de turistas internacionales descafeinados. Varios empresarios coinciden en que el golpe ya se está sintiendo, especialmente en los pequeños comercios costeros y las grandes capitales del interior, y están instando a las administraciones a repensar el sistema de contención y utilizar datos de diferente frecuencia, o al menos ese no es el único indicador. Pese al descenso, que aún es prematuro para cuantificar, existe consenso en que el crecimiento en el segundo semestre no se ralentizará, aunque queda por ver cómo se está comportando el turismo exterior en agosto, mes en el que la hostelería juega un año en muchas provincias.
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«Ya estamos viendo la quinta ola, el panorama es muy negativo en áreas con restricciones», dijo el secretario general de Hostelería español, Emilio Galego. Los autónomos y las pymes, dos colectivos vulnerables tras año y medio de pandemia, también advierten: «Si se amplían las restricciones, veremos un aumento de los trabajadores de ERTE», dijo el presidente de la asociación de autónomos ATA. “El consumidor empieza a tener desconfianza”, añadió Eduardo Abad, presidente del grupo de autónomos UPTA. “Muchas empresas ya no tienen músculo para soportar los agujeros y necesitan seguridad para recuperarse”, dijo Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, la confederación de pequeñas y medianas empresas.
Pese a la difícil situación estival, los analistas, que ya han incluido un aumento de contagios en sus previsiones, esperan que no esperen un impacto económico mayor, sino una mella. La patronal de la CEOE revisó a mediados de julio su previsión de crecimiento del PIB para 2021 y elevó la cifra al 5,7% desde el 4,8% anterior, aunque se mantienen por debajo de la mayoría de analistas que reportan un crecimiento por encima del 6%. «Somos cautelosos con la incertidumbre de la quinta ola, aunque sabemos que la economía se acelerará en el segundo semestre del año», admite Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de CEOE. Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research, también dijo cautela: «Podemos ver un buen verano con crecimiento económico, pero no lo que tendríamos sin este aumento de infecciones».
Representantes de diversos empresarios advierten también que el descenso de las ventas durante estos meses será el colmo para muchas pequeñas empresas, especialmente en la industria hotelera, el sector más afectado por las limitaciones de tiempo. En este sentido, se espera que las quiebras sigan creciendo en la segunda mitad del año, según la aseguradora Solunion, donde aseguran que habrá unas 5.300 quiebras este año, un 30% más que en 2019, de las cuales 2.000 serán empresas de servicios. . Sin embargo, Marissa Muñoz, una de las ejecutivas de la empresa, dice que la quinta ola no está cambiando sus pronósticos de quiebra por el momento: «Debe haber restricciones serias para aumentar los cierres de empresas».
El verano se está desacelerando
Como el aumento de la morbilidad ha sido muy rápido y reciente, aún no existen datos oficiales que confirmen el descenso provocado por los empresarios, aunque se conocen varias cifras que ayudan a perfilar la situación. El coste de las tarjetas de crédito en la segunda semana de julio, cuando las infecciones ya se han extendido en España, fue un 24% superior al de las mismas fechas de 2019 (tres puntos menos que en la primera semana del mes), según datos de BBVA Investigar. «Todavía no vemos un impacto significativo», agregó Cardoso.
Esta cifra choca con el barómetro de julio de la Asociación de Autónomos de la UPTA, que representa principalmente a hoteleros y comerciantes, en el que sus socios aseguran que este mes cobraron un 60% menos que julio de 2019, un nivel similar a este verano de 2020. «Nada parece haber cambiado [en un año]»Critica a Eduardo Abad. «Ya pensamos pedir al Ministerio de Seguridad Social que posponga los beneficios del cierre después de septiembre».
Mantener el consumo nacional por las nubes será fundamental para salvar el verano debido a la fuerte dependencia de la economía del sector servicios. En este sentido, los expertos temen que el aumento de contagios y restricciones en determinadas comunidades socaven el optimismo de los españoles, que llevan un año ahorrando a la espera de volver a la normalidad. «Gran parte de la recuperación en el segundo y tercer trimestre vendrá de los consumidores», dijo Cardoso. «Amenazar la percepción de seguridad de las personas puede ser bastante negativo».
El consumo de turistas extranjeros en España también será clave en estos meses, un grupo que pagó en el verano de 2019 nada menos que 33.000 millones, frente a los 5.000 del año pasado. «El enfriamiento del turismo está empeorando las expectativas para el verano», dijo Emilio Galego, un hotelero. El primer golpe llegó en junio, cuando Reino Unido, primer mercado emisor de turistas, incluyó a España en la lista ámbar, a la que siguen Alemania y Estados Unidos, aunque los dos primeros no dificultan actualmente los viajes a sus destinos. ciudadanos vacunados con pautas completas. «Estamos en una situación de total incertidumbre, lo que hace que las cancelaciones de viajes y reservas varíen mucho de un día para otro», dijo Carlos Abella, secretario general del Patronato de Turismo de España.
Los datos de alojamiento muestran esta ralentización del sector, con un descenso en el número de nuevas reservas en las últimas dos semanas, según TravelgateX. «Las dos primeras semanas de julio vieron una pequeña y temporal caída de las reservas de hoteles en España debido al reciente aumento de casos familiares, que parece haberse detenido en los últimos días», añadió Sara Padrosa, directora española de la empresa de reservas. en línea SiteMinder.
Piden a la CEOE que no amplíe las restricciones, pues cree que se basan en datos de infecciones y frecuencia que no constituyen salud, aunque en algunas regiones los niveles hospitalarios y de cuidados intensivos ya están alcanzando niveles anteriores. «No se pueden usar las mismas referencias que hace un año para tomar medidas; No es bueno dar una imagen catastrófica de España que dañe la imagen exterior ”, explica Fernández de Mesa.