El Salvador: Doscientos años deberían ser suficientes  Red de expertos  Planeta del futuro

El Salvador: Doscientos años deberían ser suficientes Red de expertos Planeta del futuro

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Un tiempo diez veces más largo que el tiempo que cantó el tango todavía no es nada para Wilma. A pesar de la importancia de los dos siglos de independencia de El Salvador este año, todavía no tiene nada que celebrar.

Recuerdos de la guerra y sueños de futuro son los que acompañaron a Vilma, una joven de la comunidad de Santa Marta en el departamento de Cabanas, a la edad de 38 años. “Hay muy pocas personas en este país que tengan todos los recursos para lograr una vida digna. «La mayoría ni siquiera tiene techo o comida y no puede hacer realidad su sueño de ganarse la vida», dijo.

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En las últimas décadas, el país se ha posicionado, como muchos otros en la región de América Latina, entre los países de ingresos medios, pero aún existen brechas importantes que deben ser abordadas. Los acuerdos de paz tras la sangrienta guerra civil marcaron el camino hacia la democracia y el progreso que las realidades políticas, económicas y sociales no han seguido adecuadamente. La desigualdad, por tanto, que el flagelo silencioso que comparten muchos países de la región sigue siendo un tema que debe ocupar un lugar destacado en la agenda política.

Esto se revela en el reciente informe de Oxfam. Ni un paso atrás lo que nos muestra cómo los avances en los últimos años, de 2015 a 2019, que es el período cubierto, no han logrado cerrar brechas en diversas áreas del desarrollo, la prosperidad y la vida. Así, en el ámbito de la salud, en los últimos años el 20% más rico mantiene el nivel de morbilidad de las personas que enferman; mientras que el 20% más pobre lo incrementó en casi cinco puntos. Las mujeres pierden hasta 9,6 años más de vida potencial debido a enfermedades no transmisibles que los hombres.

En educación, el 84% de los centros privados tienen acceso a Internet, mientras que solo el 28% de las escuelas públicas cuentan con este servicio. En ese momento, la concentración de la riqueza siguió avanzando y el número de millonarios aumentó de 100 a 110; eso significa dos nuevas personas ultrarricas al año. Para 2019, este grupo ha acumulado un total de 8.900 millones de dólares (7.350 millones de euros), pero solo el hombre más rico de todos tenía 5.300 (4.375 millones de euros). En cualquier caso, es muy importante que 110 personas acumulen más de todo el Presupuesto General de la nación en 2021, que asciende a 7.400 millones de dólares (6.110 millones de euros).

Además, el contexto actual es extremadamente desafiante, lo que amenaza con aumentar estas brechas. La pandemia ha tenido un fuerte impacto en la región y el país, tanto en el ámbito de la salud como en el ámbito económico y social. Es por eso que se debe lograr el acceso universal y asequible a las vacunas en todas las regiones del mundo. Si bien el mecanismo Covax es un paso en la dirección correcta, es evidente que no es suficiente obtener vacunas para llegar a todos los países del mundo de manera oportuna.

Por tanto, es hora de pasar a un pacto incluyente de reconstrucción, un nuevo pacto social en el que deben participar diferentes actores del país.

En el caso de América Latina, solo 10 países pueden acceder a la vacuna de forma gratuita a través de este mecanismo, mientras que 27 deberán realizar pagos importantes en el contexto de altas tensiones fiscales debido a la disminución de los ingresos y las crecientes necesidades de gasto público provocadas por la pandemia. . Esto traerá más deuda y posibles ajustes fiscales con consecuencias sociales catastróficas. Un país asolado por la violencia, con una tasa de homicidios en 2019 que, aunque en descenso, sigue siendo seis veces superior a la media mundial.

Por tanto, es hora de pasar a un pacto de recuperación inclusiva, un nuevo pacto social como se propone en el informe mencionado, que debe involucrar a diversos actores del país: administración pública, legislatura, sector privado, sociedad civil, academia, etc. . .n. Asimismo, la comunidad internacional, incluida España y la Unión Europea en su conjunto, debe apoyar la construcción colectiva de este pacto.

Esta amplia agenda incluye medidas para una economía más humana, mayor justicia fiscal, protección social universal, una nueva cultura de paz y seguridad para los ciudadanos, mayor participación política y transparencia, y abordar el cambio climático. Este nuevo contrato social asegurará que la mayoría de la población garantice sus derechos y disfrute de los beneficios del desarrollo, la democracia y la independencia. Recordemos que ahora solo una de cada 10 personas afirma estar satisfecha con la democracia en el país.

En definitiva, se necesita un nuevo pacto social para que mucha gente como Wilma sienta que su voz y sus derechos importan. Quizás ahora sea el momento de convencernos de que lo correcto es tomarnos la igualdad en serio. Doscientos años deberían ser suficientes. No podemos dar un paso atrás.

Anna Iris Martínez es el jefe de la oficina de Oxfam en El Salvador y Botella de carlos Es el coordinador para América Latina – Oxfam Intermón.

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