El plan de recuperación cubrirá la mitad de la inversión prevista para rehabilitación en 2030  Ciencias económicas

El plan de recuperación cubrirá la mitad de la inversión prevista para rehabilitación en 2030 Ciencias económicas

Edificio de viviendas en rehabilitación en Barcelona.GETTY

La Comisión Europea estima que el componente 2 del Plan Español de Recuperación, dedicado a la valorización energética y la regeneración urbana, «representa una parte importante del apoyo público previsto en el PNEC», el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que orienta la acción de España en El tema hasta 2030, no obstante, Bruselas advierte que una vez superado el estímulo económico por el coronavirus, «seguirán siendo necesarias más financiación pública», así como acciones encaminadas a «atraer inversión privada» en rehabilitación.

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La valoración favorable del plan español por parte del ejecutivo se basa precisamente en que está en línea con los objetivos con los que España se ha comprometido con Europa y que estaban incluidos en la PNEC incluso antes de la pandemia. La millonaria inyección de la Unión Europea sirvió para arrancar el camino con una potencia de fuego inimaginable hace un año y medio, pero aún lejos de los objetivos de 2030. De hecho, la PNEC prevé una inversión total, entre pública y privada, de 22.431 millones de euros en vivienda. El gobierno español estima que el plan de recuperación moviliza aproximadamente la mitad: una inversión de 11.367 millones para el componente 2, que también incluye algunos elementos que no son precisamente rehabilitación energética de viviendas.

Por tanto, queda un largo camino por recorrer, especialmente en el sector privado. El dinero de Europa cubre realmente una parte significativa de la inversión pública planificada. Si se deducen 6.820 millones del componente 2 de los planes de rehabilitación no habitacional, el resultado ronda los 4.300 millones (4.750, si se suman los 450 millones previstos en incentivos fiscales para promover la rehabilitación). Para 2030, el PNEC prevé una inversión pública, para la que ya cuenta principalmente con fondos estructurales de la UE, de 5.509 millones de euros. Por lo tanto, la gran brecha está en la parte de la financiación que debe provenir de manos privadas.

El gobierno dice que es consciente de esto. «Lo que queremos es tomar velocidad de crucero, y es fundamental no solo coordinar las administraciones, sino también facilitar las decisiones», dijo David Lucas, secretario general de Vivienda y Vivienda de la ciudad. Añadió: «Cuando se agoten los fondos, habrá que reconsiderar la necesidad de recursos públicos para ver cómo mantenemos esta velocidad de crucero».

En el Ministerio de Transporte, Movilidad y el Programa Urbano ven la continuidad garantizada, en la que el afán de rehabilitar viviendas es fundamental tras el fin de los generosos subsidios (que van del 40% al 100% del coste de la mano de obra) con los que esta asistencia está siendo diseñada. Confían en esto, explica Lucas, no solo en el estímulo fiscal, sino también en los cerca de 300 millones que se destinarán para el desarrollo del llamado Libro del Edificio Existente. Se trata de una especie de pasaporte energético, que recogerá el estado de la propiedad y las acciones tomadas para mejorar. El dinero del juego también se puede utilizar para diseñar proyectos que allanen el camino para muchas comunidades de vecinos, incluso si la implementación se ralentiza después de 2026.

Hasta la fecha, como estima la Comisión, el plan de recuperación incluye la rehabilitación energética de 355.000 viviendas. La cifra da una idea de la obra que quedará por hacer, ya que la PNEC habla de 1,2 millones de viviendas para 2030, aunque entre 2021 y 2026 tiene prevista actuación en solo 300.000. Cuando llegue en 2027, habrá Ser una reserva de 55.000 viviendas en la hoja de ruta planificada, pero 845.000 acciones están próximas en cuatro años. Cualquier error puede arruinar la meta, un paso intermedio hacia la descarbonización del continente a mediados de siglo. Para ello, España se compromete a rehabilitar 300.000 viviendas al año entre 2030 y 2050, casi tantas como se acometerá durante este sexenio.

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