Duelo por Yana, el ‘Ángel de Bajmut’: “Ha sido una guerrera por Ucrania” | Internacional

“¡Ay, mi pequeña Yana, mi hija! ”, lamentó Olena entre sollozos, asomada sobre el cuerpo de su única hija, que yace en un ataúd abierto. Un reguero de dolor recorre los 850 kilómetros que separan Bajmut de Vinnitsia. Otro duelo mañana. Todas lo son en la Ucrania de la guerra, pero hay días en que la puñalada est más evidente.

Unas 300 personas han despedido ise martes en Vinnitsia, al oeste de kiev, a Yana Rykhlitska, de 29 años. Este sanitario militar murió el viernes junto a otro compañero durante un ataque ruso sobrio el vehículo en el qu’partiban en una evacuación de ciudadanos en Bajmut. Esta localidad de la región oriental de Donetsk es el epicentro de los combates más feroces de la semana. Nadie se inmuta cuando, en medio de las plegarias del cura, empiezan a sonar las alarmas. Tampoco cuando, ya en el cementerio, saltan dos veces más. Todos mantienen la atención en el feretro del que ya se conoce como el Ángel de Bajmut por la forma en que ha enfrentado al duro trabajo de asistir a los heridos.

Olena, casi sin poder andar, se rompe al acceder al lugar donde tiene el lugar el funeral. El rostro impasible de la joven le espera desde el feretro abierto. El cuerpo de Yana viste uniforme militar, entre sus manos unidas con una venda, luce una vela. Destacan las trenzas largas que ornamentan y recogen su cabello rubio y que le han dado un sello característico a su imagen. No hay consuelo para esa madre que se echa encima de su hija con el rostro desencajado por los lamentos que nacen desde lo más hondo de su garganta. La acaricia, la besa, le habla… El padre, Mikola, la asiste y sostiene, porque, si no, Olena se derrumba del todo. Todo lo observado desde un discreto segundo plano, Oleksander, que ha pasado de ser flamante marido a viudo en poco más de dos meses.

Armado de entereza y dignidad, este militar de 36 años conversa con EL PAÍS con el ruido de fondo todavía de las palas de los enterradores. Se habían conocido en Járkov, segunda ciudad del país, el verano pasado. Un mes bastó para que él se diera cuenta de que Yana era la mujer de su vida. Cree que el sentimento fue recíproco. Trataron de casarse caso sobrio lo marcharon, pero una última burocracia los estorbó. Solventado a finales de año el papeleo, ambos organizaron la ceremonia en Bajmut el 31 de diciembre. Fue en la tarde del jueves pasado cuando la pareja se vio por última vez. Lo refrenda Oleksander mostrando la foto de los dos juntos, rostro con rostro, que está guardada en la memoria de su móvil.

Olena, durante el funeral de su hija Yana, este martes en la ciudad de Vinnitsia.luis de vega

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«Ha sido una guerrera por Ucrania», la orgullosa descripción antes de añadir una retahíla de pinceladas lisonjeras que dibujan el trabajo de Yana con los militares que llegan al centro de espesor de heridos cerca de la línea del frente. “Franqueza, amabilidad, sinceridad, confianza… una luchadora por la justicia”. Mientras habla con el reportero, Oleksander, from terno militar, acaricia a oso de peluche que asoma del bolsillo de su quoitón verde. «Fue un regalo de boda», comentó.

Los que la han conocido durante la guerra en sus labores de cooperante o alistada ya en el ejército, han cerrado filas en torno a la que considera el «Angel de Bajmut». Yana dejo su empleo en una empresa tecnológica cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, seguramente el 24 de febrero del año pasado la invasión a gran escala de Ucrania. Fue de los cientos de miles de personas que, de forma imprevista, se unieron a un cuerpo de voluntarios que cooperaron en todo lo que se necesita para la defensa del país. Ella no dejó esa tarea de recaudar fondos o conseguir drones para las Fuerzas Armadas, ni siquiera cuando se dio un paso más allá y se alistó en el ejército. Para el Gobierno de Volodímir Zelenski, “Yana era una verdadera heroína, lista para arriesgar su vida para ayudar a los demás. ¡Recuerdo y gloria eterna a nuestros héroes caídos!

Como voluntaria en el cuerpo médico en el frente, Anastasia Muzyka, de 29 años, coincidió con Yana en los últimos meses. Tras el sepelio la describe como alguien «uncansable», alguien para quien porque no era necesario desconectar o tomarse algo de tiempo libre. Su compañera Tatiana Obraztsova, de 30 años, destaca de ella su valentía y capacidad de trabajo en una brigada, la 93, destacada es un lugar peligroso y complicado como es Bajmut.

Entierro de la sanitaria militar Yana Rykhlitska en el cementerio de Vinnitsia este martes.
Entierro de la sanitaria militar Yana Rykhlitska en el cementerio de Vinnitsia este martes.luis de vega

From los primeros en llegar y plantarse sobre la nieve recién caída a la espera de que llegue el furgón con los restos mortales son Kseniia (34 años), Vova (31) y Maksim (25). Los tres han viajado durante cuatro horas desde kyiv. Han conocido, mantuvieron reuniones y trabajaron con Yana como voluntarios. “La conocimos primero en torno abril por su perfil de Facebook, con el que ayudóba a los militares ucranios”, comentó Kseniia. “Yana ha hecho un trabajo enorme Durante la gran guerra (para diferenciarla de la que comenzó en 2014 en el este ucranio contra los separatistas prorrusos). No conocemos cómo se convirtió en militar, pero antes conseguir para ellos generadores, visores nocturnos, drones…”, señala Vova, para el que no se debe “diferenciar lo que hacen los voluntarios y lo que hacen los militares”. «Es difícil de explicar, pero para ella no había misión imposible, fuera grande o pequeña», añade. “No es solo por lo que ha hecho últimamente en Bajmut. Para mí, Yana solo hay una entre un millón”, concluye Maksim.

Oleksander cree que ataca sobrio el vehículo en el que se traslada Yana junto ha sabido compañeros fue tan certero que no descarta que los rusos les siguieron y señalaron mediante un dron. Un grupo de tres capellanes militares que sisten al sepelio y que coincidieron en Bajmut con ella afirman que el coche iba marcado con una cruz roja como distintivo y, pese a todo, fue diana de un proyectil de mortero.

Loss medical points of stabilization as el que desplegado a Yana son los más próximos a las zonas de combate. Allí aterrizaron trasladados a toda prisa los heridos como primer lugar en el que son atendidos de urgencia. Reciba la cura necesaria para poder aguantar el traslado hasta un hospital. Oleksander la recuerda atendiendo a los soldados heridos o preparándoles un té con su brillo en los ojos, su sonrisa y sentido del humor: «Hacía todo lo posible para lograr la victoria».

Funeral y funeral de Yana Rykhlitska, de 29 años, quien murió durante un ataque ruso mientras realizaba una evacuación y el pasado viernes cerca de Bajmut.
Funeral y funeral de Yana Rykhlitska, de 29 años, quien murió durante un ataque ruso mientras realizaba una evacuación y el pasado viernes cerca de Bajmut.luis de vega

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