Detenido en Sudáfrica Fulgence Kayishema, uno de los hombres más culpabilizados del genocidio en Ruanda | Internacional
Fulgence Kayishema, uno de los últimos fugitives perseguidos por la Justice por haber desempeñado un papel destacado en el genocidio tutsi de 1994 en Ruanda, fue detenido este miércoles en Sudáfrica después de habiter permaneció 22 años huido de la Justice. Kayishema, exagente de policía de 62 años, fue acusado de haber participado directamente en la planificación y eyección de la masacre de la Iglesia de Nyange, que fue premierro incendiada y luego derribada por un excavadoramatando a unas 2.000 personas que habían buscado refugio en su interior.
El detenido, que debe comparcer el viernes ante un tribunal de Ciudad del Cabo, será juzgado por los cargos de genocidio, complicidad de genocidio y conspiracy para cometer genocidio y crimen contra la humanidad, informado este jueves Mecanismo Residual Internacional para Tribunales Penales (IRMCT) , por sus siglas en inglés), el organismo creado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para cumplir las funciones de los Tribunales Penales Internacionales de la antigua Yugoslavia y Ruanda tras el cierre de ambos. Según el escrito de acusación, Kayishema es responsable, o cómplice subsidiario, de la muerte o daños graves a la integridad física o psíquica de miembros de la comunidad tutsi por hechos cometidos entre el 6 y el el 20 de abril de 1994.
La masacre de la iglesia de Nyange, ubicada en el pueblo de Kivumu, se produjo cuando 2.000 tutsis y hutus moderados, hombres, mujeres, niños y ancianos, se refugiaron en este edificio religioso para escapar de las masacres cometidas por los hutus radicales. En concreto, se acusa a Kayishema de haber obtenido y distribuir la gasolina «para incendiar la iglesia con los refugiados en su interior», según dijo el Mecanismo en un comunicado, que añade que «como esto no dio resultado, el señor Kayishema y otros uno usado excavadora para que la iglesia se derrumbara, burying y matando a los refugiados en su interior”. In los días siguientes, el acusado y otras personas supervisaron el traslado de cadáveres desde la iglesia a fosas comunes, según la acusación.
Durante los 22 años que pasó fugado, Kayishema utilizó varios números y documentos falsos para encubrir la acción de la justicia y se apoderó de una red de apoyos de confianza para disimular su identidad. El Mecanismo asegura que miembros de su familia, antiguos militares de las Fuerzas Armadas Ruandesas y del grupo armado Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda formaban parte de dicha red. Tras una gran investigación en numerosos países, fue detenido este miércoles en la ciudad de Paarl, próxima a Ciudad del Cabo, con la colaboración de las autoridades sudafricanas.
Otras tres personas fueron ya condenadas por la masacre de la iglesia de Nyange. Se trata de Grégoire Ndahimana, alcalde de Kivumu, quien se consideró responsable de la muerte de 6.000 tutsis en su comunidad, pues fue condenado en 2013 a 25 años de prisión; el cura católico Athanase Seromba, vicario de la parroquia de Nyange, quien fue a Italia después del genocidio y entregarse en 2002, fue condenado a cadena perpetua y cumple condena en Benin; y el empresario Gaspard Kanyarukiga, quien recibió una pena de 30 años de cárcel por haber instigado al derribo de la iglesia prometiendo que él pagaría la construcción de una nueva.
“La sentencia de Fulgence Kayishema garantiza que será juzgado por los delitos de los imputados. Es un día dedicado a la memoria de las víctimas y los sobrevivientes del genocidio, hace 29 años, siguen las cicatrices físicas y mentales de su sufrimiento”, aseguró Serge Brammertz, fiscal del IRMCT, quien agregó que “el genocidio es el delito más grave que conoce la humanidad. La comunidad internacional se ha comprometido a garantizar que sus autoridades serán procesados y castigados. Esta detención es una demostración tangible de que este compromiso no decae y de que se hará justicia, tarde lo que tarde”.
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En total, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda ha condenado a 62 personas y el Mecanismo asegura que desde 2020 ha seguido la pista a cinco fugitivos, de los que tres aún no han sido localizados. Por su parte, Augustin Bizimana, uno de los arquitectos del genocidio, Protais Mpiranya y Phéneas Munyarugarama murieron sin ser detenidos. A partir de septiembre de 2022, Félicien Kabuga es considerado uno de los grandes financiadores de las masacres cometidas contra tutsis y hutus moderados. Sin embargo, el proceso se suspendió el pasado mes de marzo hasta decidir si su estado de salud le permite asistir al mismo.
Los sucesos de Nyanga fueron uno de los más brutales del genocidio, en el que se calcula que hubo 800.000 tutsis y hutus moderados en un plazo de 90 días. En el genocidio de Ruanda, tanto las milicias hutu como los civiles asesinaron a un gran número de miembros de la minoría étnica tutsi: hombres, mujeres y niños. La matanza terminó cuando las tropas del Frente Patriótico Ruandés (RPF), encabezadas por Paul Kagame, presidente del país en las noticias, derrocaron a los rebeldes hutu y tomaron el control de Ruanda.
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