Crisis económica por coronavirus: si no es ahora, ¿cuándo? América Latina y el Caribe en el mundo después del Covid-19 | Opinión
Las consecuencias son dramáticas y suponen un desafío histórico para nuestras sociedades, especialmente las más vulnerables, con alrededor del 60% de los trabajadores informales y prácticamente el 40% de los trabajadores sin ninguna red social cuando ocurre la crisis.
Covid-19 es un fenómeno global que revela la necesidad de una versatilidad renovada y transparente como herramienta para la recuperación inclusiva y sostenible. De hecho, el 70% de los latinos cree que la cooperación es esencial para enfrentar los desafíos globales actuales. Por ejemplo, en la distribución desigual de las vacunas entre los países desarrollados y en desarrollo: en las dosis administradas por cada 100 personas, menos de 10 personas en los países en desarrollo recibieron una dosis, en comparación con 43 personas de ingresos altos. La aparición de variantes del virus indica que no puede haber una recuperación sostenible si el virus no se derrota en todo el mundo. Esto requiere una mayor solidaridad entre los países y el desarrollo de mecanismos de acceso a tecnologías para fortalecer la capacidad productiva y de oferta en la región.
Al mismo tiempo, una respuesta eficaz a la crisis sanitaria podría ser el «gran impulso» necesario para que la región avance hacia una mayor integración. La respuesta del comercio y la industria puede ser una oportunidad para promover la diversificación productiva y seguir desarrollándose e integrarse en cadenas de valor regionales y mundiales. No promover una mayor integración pondría a América Latina en desventaja frente a otros bloques regionales del mundo, que dependerán de cadenas de valor que brinden garantías de sostenibilidad.
La transición al mundo después del covid-19 no puede abordarse únicamente con la lógica nacional. La cooperación internacional es fundamental para coordinar la respuesta a las emergencias sanitarias en la región y promover la recuperación en relación con las vulnerabilidades estructurales existentes. Un elemento importante es la movilización de recursos financieros a escala global, la gestión eficaz de la deuda pública y la promoción de inversiones productivas para aumentar la capacidad de los bancos de desarrollo internacionales, nacionales y locales. La movilización del sector privado también es esencial, tanto el sector financiero como los socios corporativos, que tienen el potencial para invertir y generar empleos de calidad.
En este contexto, la reflexión sobre el fortalecimiento de los mecanismos de gobernanza internacional es inevitable. Los países de la región tienen la oportunidad de repensar su participación en la agenda global y promover nuevas alianzas y acuerdos estratégicos que permitan avanzar hacia una recuperación inclusiva, verde y sostenible y que representen los intereses y especificidades de cada país.
El mundo post-covid requiere que los problemas sociales y ambientales estén en el centro de las políticas públicas y se aborden juntos. Las acciones para mitigar el cambio climático y aumentar la resiliencia pueden generar importantes beneficios económicos, sociales y ambientales, por ejemplo, mediante la creación de empleos de calidad. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la transición verde podría generar 15 millones de empleos netos para 2030 en América Latina y el Caribe. Por ejemplo, se espera que el plan nacional de Costa Rica, respaldado por el BID y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), para lograr cero emisiones netas para 2050, genere $ 41 mil millones en beneficios netos.
En el ámbito social, es necesario avanzar hacia sistemas de protección social universales, promover oportunidades innovadoras para la formalización del empleo, especialmente mujeres y migrantes, y mejorar la calidad y alcance de los servicios básicos, especialmente la salud y la educación. Es importante asegurar que el progreso en los sistemas de apoyo a los más vulnerables se convierta en un componente estructural de los sistemas de protección social pospandémicos. Trabajamos para asegurar la sostenibilidad de los sistemas de protección social en la región.
La salida de la situación actual requiere el desarrollo de estrategias fiscales sólidas y un nuevo contrato social entre los gobiernos, el sector privado y la ciudadanía, y el establecimiento de mecanismos solidarios y compartidos a nivel internacional. Por eso debemos adoptar una visión diferente de la cooperación internacional. El enfoque del desarrollo en transición, desarrollado conjuntamente por el Centro de Desarrollo de la OCDE, la CEPAL y la Comisión Europea y presentado en el informe Perspectiva económica latinoamericana, ofrece estrategias de desarrollo que van más allá de los ingresos, busca promover avances duraderos en las dimensiones multidimensionales del desarrollo, creando un espacio de diálogo que incluya a todos los países y actores en pie de igualdad.
El Centro de Desarrollo de la OCDE, el BID y la AFD colocarán estos temas en el centro del debate durante el XIII Foro Económico Internacional para América Latina y el Caribe, que se realizará el jueves 27 de mayo de 2021, prácticamente en semana en América Latina y el Caribe. . Reuniremos a los principales líderes del sector público y privado, sociedad civil y organismos internacionales. Esta plataforma de diálogo será una oportunidad para que diferentes voces discutan la situación en la región, el carácter global de la crisis del covid-19 y la coordinación entre políticas nacionales e internacionales para promover un mayor desarrollo sostenible pospandémico. La región no puede permitirse una década perdida de desarrollo. El tiempo para la acción es ahora.
Mauricio Claver-Carone es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Ángel Guria es Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
Remy rio es Director General de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD)
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