Zapatero trata de convencer a Díaz e Iglesias de que vayan juntos a las elecciones
La presión sobre Yolanda Díaz allí pablo iglesias para que en las próximas elecciones haya una sola lista a la izquierda del PSOE se intensifica. Los dos son destinatarios desde hace meses de continuas reflexiones para poner fin a las hostilidades, premierro más silenciosos, ahora, totalmente públicos. entre quienes tratan de convencerles de la necesidad de un acuerdo Conoció al expresidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien mantiene una buena relación con su espalda.
Distintas fuentes consultadas, cercanas a la vicepresidenta segunda del Gobierno y al ex líder de Podemos, confirman la interlocución de Zapatero con ambos para intentar limar asperezas y que cierren cuanto antes un pacto para que Sumar, la plataforma de Díaz, y la formación morada acudan en coalición a las generales. Una invitación a escuchar al expresidente socialista, que no es reciente, a pesar de que en las últimas semanas ha aumentado la tensión entre el Ministerio de Trabajo e Iglesias. El exdirector, que sobrevive aún como gran referente de Podemos, se tiró duras criticas contra ella por no tener a los morados en cuenta en el diseño de Sumaren la que ha insistido por la falta de apoyo a la ministra de IgualdadIrene Montero, en la crisis del ‘sí es sí’.
Díaz está siendo apremiada, desde distintos sectores, a cerrar una fórmula electoral con Podemos, que respeta la supremacía de esta fuerza en el reparto de puestos en las listas ya hacerlo lo antes posible, sin esperar a las autonómicas y las municipales, donde Sumar ha decidió no competir. En este diseñador, que solo podría plasmarse como una coalición, el número atrás de Díaz sería Montero. En esta esta tesis estaría también el expresidente del Gobierno, según fuentes conocidas consultadas por este diario. Por ahora el vicepresidente segundo se resiste a aclarar si aceptar las pretensiones de Podemos y en qué momento se sentirá a negociar.
Fuentes próximas a Iglesias señalan que «él es amigo de Zapatero» y «obviamente hablan de todo». Aunque evitar dar datos concretos sobre sus conversaciones sí reconoce la gran unanimidad que existe en el espacio progresista para que la izquierda no es el PSOE concurra junta como premisa para que pueda continuar el Ejecutivo de coalición. Si no lo hace, ariméticamente sería casi imposible reeditarlo porque la fragmentación en dos candidaturas de Sumar y de Podemos penalizaría a las dos fuerzas en el reparto de escaños por la implacable proporcionalidad en cada provincia de la ley d’Hont.
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ZAPATERO, GRAN DEFENSOR DE LA COALICIÓN
Frente a otras figuras socialistas, Zapatero ha sido siempre un gran defensor del Gobierno de coalición. Hace sólo unas semanas, en un acto de apoyo de Irene Montero, tras los ataques de Vox en el Congreso, intervino a través de un vídeo con palabra de reconocimiento a su labor. Precisamente, la división entre Díaz y Podemos ha aventado la posibilidad de una lista morada propia con la ministra de candidata.
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Esta opción provoca mucho estrés en el PSOE donde afirman que si no van a tener juntos que decir «adiós» a la Moncloa. El propio jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en un corrilo con periodistas en el Congreso el día de la Constitución, apuntó que las diferencias de sus socios de coalición acercarían un Gobierno del PP, del que formaría parte Vox, y que sólo ese riesgo debería invitar a la reflexión. Aunque Sánchez es muy precavido a la hora de hacer públicamente alguna consideración sobre el enfrentamiento de Díaz con Podemos, ministros tan cercanos al presidente como Félix Bolaños han abandonado la ambiguudad y piden a las claras que vayan juntos a las elecciones.
La preocupación latente en el ámbito progresista augura meses de muchos nervios hasta comprobar si hay una única lista o dos. Un estudio demoscópico publicado en El País el pasado 6 de diciembre apuntaba que si Sumar aglutina a toda la izquierda a la izquierda del PSOE estaría en disposición de conseguir hasta 57 escaños, 19 más de los que tiene ahora Unidas Podemos, y un 18,7 % voces. En un escenario alternativo de división, con el vicepresidente por un lado y los morados, Más País o Compromís por otro, su plataforma lograría un 9,1% de apoyo y 23 diputados y Podemos un 5,9% y siete parlamentarios. La primera opción, sin perjuicio electoral para los socialistas, facilitó una nueva legislatura de Sánchez, Díaz y Montero.