«Si jugaron los sindicatos y el grupo de izquierda es porque Marine Le Pen está en la cabeza de todos»
j¡estamos unidos! La determinación con la que luchan los sindicatos y la izquierda para tratar de derrotar la reforma previsional no puede explicarse únicamente por su deseo de infligir un revés al Presidente de la República, cuya orientación ideológica disputan. Tampoco se debe únicamente al miedo a ser abrumado por una ira descontrolada, como sucedió durante el movimiento de los «chalecos amarillos».
Si por primera vez en doce años los sindicatos juegan juntos en la batalla, con el apoyo de los partidos de izquierda unidos contra el proyecto de jubilación a los 64, es porque se ha enquistado en el paisaje otro adversario: la política. Marine Le Pen está en la mente de todos. El riesgo de que el fundador de Agrupación Nacional (RN) sacuda al país en cuatro años, tras tres fracasos consecutivos en la elección presidencial, ha pasado de bajo a grave. La elección, en junio de 2022, de 89 diputados de RN fue un disparo de advertencia tanto más brutal cuanto que nadie lo había previsto.
Bloquear a RN ya no se vive como una lucha moral sino como la obligación de recuperar puntos en el electorado popular perdido, parte del cual sirve hoy como fuerza propulsora de Marine Le Pen. En la primera vuelta de la elección presidencial, el candidato obtuvo el 36% de los votos emitidos entre los trabajadores y otros tantos entre los empleados, según la encuesta Ipsos-Sopra Steria, realizada del 6 al 9 de abril de 2022, entre 4.000 personas registradas el los padrones electorales. En el conjunto de la plantilla, aventajaba a Emmanuel Macron por 4 puntos. (28% frente a 25%).
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electorado perdido
A la izquierda, el martes 10 de enero, por iniciativa de François Ruffin, se organizó el primer encuentro de movilización pública contra la reforma de las pensiones. Esto no debe nada al azar. El diputado de La France insoumise (LFI) del Somme es el hombre que arrojó una piedra al estanque el día después de la secuencia de las elecciones de primavera, al atreverse a poner en perspectiva la actuación realizada por Jean-Luc Mélenchon: después de haber obtenido casi 22 % de los votos en la elección presidencial pero no clasificó a la segunda vuelta, el líder de los «rebeldes» logró reagruparse bajo la bandera de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) de fuerzas de izquierda hasta entonces dispersas ante la lucha legislativa. Resultado: 149 elegidos pero sin mayoría. Para que haya éxito, la izquierda aún no debe sufrir el revés que le debe la RN en los pueblos y el campo, apuntó en términos corteses los «rebeldes».
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