Desde Numea, Emmanuel Macron aboga por «la vuelta a la autoridad» y constata su falta de mayoría en la Asamblea Nacional

En silencio en la noche de la fiesta nacional, Emmanuel Macron finalmente se dirigió a los franceses el lunes 24 de julio. Nouméa, en Nueva Caledonia, donde acaba de aterrizar para una gira por Oceanía, el Presidente de la República concedió una entrevista, en dúplex, a los diarios de las 13 horas TF1 y France 2, para cerrar el paréntesis de los cien días que se había concedido, el 22 de marzo, para«apaciguar» el país, tras la crisis social provocada por la reforma previsional.

Han pasado diez días desde la cita inicialmente fijada para el 14 de julio y más de 16.000 kilómetros separan al Jefe de Estado de París, pero este último demuestra que «Mantén tu palabra», defiende uno de sus estrategas. En pleno verano, tras sus palabras del viernes enviadas a los ministros de un Gobierno recién remodelado, una «13h» permite hablar “a los franceses que ven la tele”asegura el Elíseo, sin dudar de un éxito de público.

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Tras las dudas de las últimas semanas sobre el futuro de su Primera Ministra, Elisabeth Borne, que finalmente se mantuvo en el cargo el 17 de julio, Macron asegura que ha optado por “confianza, continuidad y eficiencia”. Pero sin disipar del todo la impresión de que se trata de una opción predeterminada. Alabando su propia acción, más que la del jefe de gobierno, habla de su » Las decisiones « y sus viajes – desde « Peroles [Hérault] en Vendôme [Loir-et-Cher], de Serre Ponçon [Hautes-Alpes] en París, de Marsella a Estrasburgo” – para ilustrar el éxito de este período.

«Pequeñas Revoluciones»

“¡Recuerden, hace cien días nos dijeron que el país estaría paralizado y que ya no habría viaje sin ollas! », dio la bienvenida al Jefe de Estado, aportando los proyectos lanzados, relanzados o destacados –pleno empleo y reindustrialización, ecología con la descarbonización de la industria, la reactivación de la energía nuclear, el plan del agua para hacer frente a la sequía, o el aumento de los presupuestos para la justicia y los ejércitos. E insiste en la educación, “gran sitio de construcción”, cuya cartera ahora está en manos de Gabriel Attal. Cobrando vida ante la mención del pacto docente, que permite a los docentes ser mejor pagados, Emmanuel Macron promete que al comienzo del año escolar, cada estudiante tendrá un maestro frente a él.

«Es una serie de pequeñas revoluciones», que se pondrán en marcha, continuarán recordando los anuncios realizados, en particular, durante su viaje a Marsella a finales de junio, como la acogida de niños a partir de 2 años en la escuela de barrios en dificultad, la apertura de 8 a 18 horas de los colegios en zonas sensibles, media hora de deporte sistemático en la escuela primaria o la reforma de las escuelas secundarias profesionales. También esboza el «cambios de sentido común» lo que contribuirá a mejorar la reforma del bachillerato y Parcoursup para que la plataforma de orientación al estudiante deje de parecer un “máquina que da resultados”.

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